lunes, 23 de abril de 2012

UN SEÑOR DE CHÍA.


Foto: Carlos Andrés López Franco
@androfacto

Por Laura Quiceno Soto

La barba infinita de Toño nunca pasa desapercibida en las calles de Chía-Cundinamarca. Actor de teatro, titiritero, gestor cultural.  Ojos claros, unas manos parlantes que acompasan el tono de su voz y un trasegar que se lee en cada línea de su rostro, de Cucuta (su tierra natal) a Quibdó, de Merida- Venezuela a Chía-Cundinamarca.

Antonio ha dedicado la mayor parte de su vida a los títeres y a los niños. Ha aprendido a desatar en cada obra eso que él llama la magía ancestral: “Los niños no tienen recato, ni prejuicio y se entregan a vivir el espectáculo. Los adultos empiezan a dejarse arrastrar por el niño, y ese niño que llevan en el alma se despierta, se despereza, se asoma por la ventana de los ojos del adulto y empieza a disfrutar, a recrearse.  Y entonces uno empieza a dase cuenta detrás de la tela del teatrino como detrás de la carcajadas de los niños, hay una sonrisa de oreja a oreja de los adultos…  que todos nacemos con una buena dosis de magia, de sabiduría ancestral”

Las artes escénicas han ocupado más de la mitad de su vida. “los títeres son y han sido la pasión de mi vida en tanto que ha sido la mejor forma de expresarme como persona…Me ha permitido acercarme a un estamento más bonito, y más puro de la sociedad como son los niños…En los niños uno encuentra la verdadera sinceridad, la verdadera espontaneidad”

***
-¿Cuántas veces se ha enamorado?-Antonio mira hacia los lados. Piensa antes de enumerar.

-De tragas malucas algunas dos, tres veces…y lo llamo traga maluca porque es ese amor pasional. … Un amor basado en la comprensión y un poquito de cariño, que es lo que yo creo.

- ¿Qué se lee en los rostros de las personas?

- Uno aprende a leer la interioridad d las personas en el rostro…porque es inevitable que toda la interioridad del ser humano se refleja en sus facciones físicas.

-¿Por qué decidirse por una vida artística?

-Yo digo que el amor y el arte se parecen porque son dos supremas instancias de libertad. La gente debería amar libremente a quien quiera amar, a quien sienta que le llena su ideal…el arte es igual, es una suprema instancia de libertad.

El rostro de Toño se pasea por las calles de Chía evocando la sabiduría ancestral.

Foto: Carlos Andrés López Franco
@androfacto

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